tool - master mind
Por años creí que ser artista era dominar una herramienta
como ninguna otra. Por años creí que, por encima de todo, ese era el verdadero desafío.
Finalmente, tuve que convertirme en adulto para comprender que el desafío más
grande no estaba en las herramientas. El mundo exterior no tenía nada que ver:
eran las emociones dentro de mí y los poderes de la mente lo que verdaderamente
estaba en juego.
Luego entendí que el artista más seguro no es el artista que mejor domina un lápiz, un pincel o instrumento musical. El artista más seguro puede controlar cada una de sus emociones y eso, por consiguiente, garantiza las bases del talento más enriquecedor. Está claro que ser artista no es fácil. Está claro que es una vida de dos caras donde nuestro mejor amigo también puede convertirse en nuestro peor enemigo. Son las emociones nuestros aliados en cada instancia de inspiración, pero a su vez son las emocione las que nos desorientan, nos confunden y o –llevado al exceso- nos abruman a la hora de tomar una decisión de vida. Si bien todos los seres humanos cuentan con la misma suerte, es de artistas lidiar con la sensibilidad y su fragilidad lo que no asegura un camino lineal o de estabilidad emocional. Las emociones las pueden expresar todos. Cada uno a su manera, cada uno a su tiempo, pero solo algunos saben cómo gobernarlas y no que estas los gobiernen a ellos. Es una batalla invisible que no se detiene y solo tenemos una opción: sobrevivir. Debemos buscarle el significado a esa supervivencia antes de que ella acabe con uno. Sometiéndonos solo nos destruye pero si logramos controlar las emociones habremos sobrevivido. El artista lo sabe bien.
Master mind and then you will master any tool you wish to
Luego entendí que el artista más seguro no es el artista que mejor domina un lápiz, un pincel o instrumento musical. El artista más seguro puede controlar cada una de sus emociones y eso, por consiguiente, garantiza las bases del talento más enriquecedor. Está claro que ser artista no es fácil. Está claro que es una vida de dos caras donde nuestro mejor amigo también puede convertirse en nuestro peor enemigo. Son las emociones nuestros aliados en cada instancia de inspiración, pero a su vez son las emocione las que nos desorientan, nos confunden y o –llevado al exceso- nos abruman a la hora de tomar una decisión de vida. Si bien todos los seres humanos cuentan con la misma suerte, es de artistas lidiar con la sensibilidad y su fragilidad lo que no asegura un camino lineal o de estabilidad emocional. Las emociones las pueden expresar todos. Cada uno a su manera, cada uno a su tiempo, pero solo algunos saben cómo gobernarlas y no que estas los gobiernen a ellos. Es una batalla invisible que no se detiene y solo tenemos una opción: sobrevivir. Debemos buscarle el significado a esa supervivencia antes de que ella acabe con uno. Sometiéndonos solo nos destruye pero si logramos controlar las emociones habremos sobrevivido. El artista lo sabe bien.
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como ninguna otra. Por años creí que, por encima de todo, ese era el verdadero desafío.
Finalmente, tuve que convertirme en adulto para comprender que el desafío más
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eran las emociones dentro de mí y los poderes de la mente lo que verdaderamente
estaba en juego.
Luego entendí que el artista más seguro no es el artista que mejor domina un lápiz, un pincel o instrumento musical. El artista más seguro puede controlar cada una de sus emociones y eso, por consiguiente, garantiza las bases del talento más enriquecedor. Está claro que ser artista no es fácil. Está claro que es una vida de dos caras donde nuestro mejor amigo también puede convertirse en nuestro peor enemigo. Son las emociones nuestros aliados en cada instancia de inspiración, pero a su vez son las emocione las que nos desorientan, nos confunden y o –llevado al exceso- nos abruman a la hora de tomar una decisión de vida. Si bien todos los seres humanos cuentan con la misma suerte, es de artistas lidiar con la sensibilidad y su fragilidad lo que no asegura un camino lineal o de estabilidad emocional. Las emociones las pueden expresar todos. Cada uno a su manera, cada uno a su tiempo, pero solo algunos saben cómo gobernarlas y no que estas los gobiernen a ellos. Es una batalla invisible que no se detiene y solo tenemos una opción: sobrevivir. Debemos buscarle el significado a esa supervivencia antes de que ella acabe con uno. Sometiéndonos solo nos destruye pero si logramos controlar las emociones habremos sobrevivido. El artista lo sabe bien.
Luego entendí que el artista más seguro no es el artista que mejor domina un lápiz, un pincel o instrumento musical. El artista más seguro puede controlar cada una de sus emociones y eso, por consiguiente, garantiza las bases del talento más enriquecedor. Está claro que ser artista no es fácil. Está claro que es una vida de dos caras donde nuestro mejor amigo también puede convertirse en nuestro peor enemigo. Son las emociones nuestros aliados en cada instancia de inspiración, pero a su vez son las emocione las que nos desorientan, nos confunden y o –llevado al exceso- nos abruman a la hora de tomar una decisión de vida. Si bien todos los seres humanos cuentan con la misma suerte, es de artistas lidiar con la sensibilidad y su fragilidad lo que no asegura un camino lineal o de estabilidad emocional. Las emociones las pueden expresar todos. Cada uno a su manera, cada uno a su tiempo, pero solo algunos saben cómo gobernarlas y no que estas los gobiernen a ellos. Es una batalla invisible que no se detiene y solo tenemos una opción: sobrevivir. Debemos buscarle el significado a esa supervivencia antes de que ella acabe con uno. Sometiéndonos solo nos destruye pero si logramos controlar las emociones habremos sobrevivido. El artista lo sabe bien.
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